31/10/13

Cortina

Era una tarde fría en el centro comercial, esa tarde había ido con mi novio a comprar algo de ropa. Tras pasar por unas cuantas tiendas y aburrirle un poco eligiendo varios pantalones; quedé con él en 5 minutos en los probadores. En ese tiempo dejé los pantalones cogí un par de corsés, sujetadores y ligueros que había localizado unos días antes.

Entré en el probador acordado y comencé a quitarme la ropa para ponerme un conjunto de wonderbra negro y blanco con unas bragas a juego. Abrí la cortina y posé sexy sobre el lateral del probador, con el índice sobre los labios.

Él quedó sorprendido y confundido; a la vez que un ligero rubor y brillo en sus ojos asomaban. Cerré la cortina y me cambié por un corsé rojo con cintas y encaje negro, un liguero del mismo color y las botas de tacón de cuero que habría traído. 

Primero asomé una pierna, y después abrí el resto de cortina, posando con las manos sobre las caderas y las piernas separadas; mirándole fijamente. Esto superó sus límites y se acercó hacia mí, buscando con su boca mis labios y mi cuello. Le guié hacia el interior y corrió la cortina un instante antes de que le quitara la camisa y poco después los pantalones. 

Me colocó de espaldas a él, de modo que sus manos recorrían mis pechos mientras su miembro se presionaba cada vez más en mis nalgas. Una de sus manos descendió para quitarme el liguero y luego sus calzoncillos, dejándome solo con el corsé puesto. 

Entonces coloqué mis manos sobre la pared del probador, agachándome levemente. Él introdujo su pene en mi, poco a poco, hasta lo más hondo, deslizándose cada vez más y más rápido, de modo que sentía cada impacto de sus testículos sobre mi con cada embestida. El ritmo se aceleró hasta que una sacudida recorrió ambos cuerpos dejándoles sin aliento. 

25/10/13

Morfeo

Desperté agitada, había vuelto a soñar con él. Esa misma mañana le había visto en el metro, a escasos metros de mi y hace unos instantes soñaba que estábamos en mi cama.

En mi imaginación habíamos ido a mi casa, rasgado las ropas y empezando a besarnos con intensidad. Mis manos recorrieron su torso moldeado en el gimnasio a la vez que las suyas se deslizaban por mi cuello, mi espalda y mis pechos. Mientras nuestros cuerpos se enlazaban, nos lamíamos y mordisqueábamos el uno al otro. Deslizó a un lado mis bragas, me tumbó boca abajo y comenzó a masturbarme y luego me coloco de rodillas, deslizando su miembro por mi vulva, humedeciéndolo hasta penetrarme, primero poco a poco, deslizándose cada vez más rápido mientras me empujaba hacia si agarrándome por las caderas. 

En ese momento desperté, agitada y acalorada, con el corazón palpitando intensamente en mi pecho; sabría que no podría dormir más. Sin darme cuenta, mi mano izquierda estaba jugueteando con mi pecho, pellizcándome los pezones, mientras mi mano derecha se enredaba en mi vello púbico.

Bajé lentamente, describiendo círculos en torno al clítoris, luego aprisionándolo, hasta deslizar un dedo en mi vagina. Al poco se unió un segundo y, jadeando, un tercero. Introduciéndolos cada vez más rápido, mientras escapaban gemidos de mi boca hasta que mi espalda se arqueó y un largo orgasmo recorrió mi cuerpo, dejándome extasiada durante unos instantes.

24/10/13

Vorágine

Él le abrió la puerta... y según la vio, la atrajo hacia sí y empezó a besarla, recorriendo su espalda y su nuca con las manos...cerró la puerta, y acto seguido le quito la chaqueta mientras la besaba con locura.

Ella respondió, besándole apasionadamente, mientras le quitaba la camiseta y la lanzaba al suelo...sus corazones y cuerpos se agitaban en frenesí de camino al dormitorio, dejando por el camino los pantalones.
El se arrojó a la cama y tiro de ella hasta colocarla encima, besándola y fundiéndose uno en el otro mientras le desabrocha el sujetador. Ella notó como se va poniendo cada vez más dura debajo, y sigue besándole en la boca, cuello, pecho; apretándose más contra su cuerpo.

Él se giró y la tumbó sobre la cama; comenzando a lamer y mordisquear su cuello, pecho. Con suavidad sigue hacia sus pezones, jugando, mordisqueando con ellos... de modo que un pequeño gemido escapa de la boca de ella. Él sigue hacia su ombligo y presiona sus labios contra sus bragas, subiendo de nuevo para quitárselas con la boca.

Luego comienza a jugar con su clítoris, en círculos y de arriba a abajo, lamiéndolo e introduciendo levemente la lengua en la vagina; lo que provoca que ella emita otro gemido, arqueando levemente la espalda y clavando las uñas en la cama.

Ella está tan húmeda que no puede resistirse más y le aprieta el miembro, presionando hacia atrás y le quita el calzoncillo, que parece a punto de reventar. Entonces, él la vuelve a tumbar de espaldas en la cama y se coloca encima de ella, introduciendo su pene en la húmeda vagina lenta y profundamente...

Tratando de introducirse completamente dentro de ella, cada vez más y más rápido. Gemidos escapan de ambas bocas, en una vorágine hasta que, a la vez, alcanzan el orgasmo... cálido, ansioso y salvaje que se prolonga durante unos instantes en los cuales son solo una misma entidad.
Luego se besan y abrazan en silencio, disfrutando uno del otro


- Te quiero.

23/10/13

Lingula


Entonces le susurré al oído:

Empezaría besándote en la boca, hacia la oreja y al cuello, mientras acaricio tu nuca y tu pecho; con mi cuerpo pegado al tuyo. Luego te quitaría la camiseta y mientras beso tu pecho, mi mano se deslizaría hacia tu entrepierna, apretándola, de abajo a arriba.

Luego, lentamente, me arrodillaría delante de ti, tomando el cinturón y quitándotelo lentamente, mientras te lanzo una mirada sugerente hacia arriba, entonces, presionaría tu miembro suavemente con mis labios por encima de tus pantalones. A continuación, te bajaría los pantalones y volvería a hacer lo mismo, por encima de tus calzoncillos, recorriéndolo desde la base hacia la punta.

Tu respiración se volvería más agitada y entrecortada, y te bajaría la última capa de ropa, para coger tu pene y empezar a masturbarlo lentamente con las manos; mi lengua húmeda y cálida recorrería cada centímetro de tu piel para acabar introduciéndolo en mi boca. Posteriormente, iría subiendo y bajando lentamente a la vez que mi lengua describiría círculos en el interior.

Es tanto el placer que re recorrería, que tu mano se posaría sobre mi melena rizada, siguiendo el movimiento de mi cabeza, más y más rápido, hasta que no pudieses resistirlo más, llegando al orgasmo en mi boca.

Finalmente, me levantaría y me acercaría a tu oído, para que oyeses como lo tragaba.